MADRID 13 Oct. (EUROPA PRESS) -
Una nueva investigación, en la que se analizaron los datos de unos 35.000 hombres, ha demostrado que los sujetos que recibieron suplementos diarios de vitamina E, presentaban un riesgo significativamente mayor de padecer cáncer de próstata. El estudio ha sido publicado esta semana en la revista 'JAMA'.
Se estima que la prevalencia de cáncer de próstata en los Estados Unidos es de un 16 por ciento; aunque la mayoría de los casos se diagnostican en una etapa temprana y curable, el tratamiento es costoso y los efectos adversos, urinarios, sexuales e intestinales, son frecuentes, según los antecedentes expuestos en el artículo.
A pesar de la evidencia preclínica y epidemiológica de que el selenio y la vitamina E pueden reducir el riesgo de sufrir cáncer de próstata, el informe inicial (publicado en diciembre de 2008), llamado Selenium and Vitamin E Cancer Prevention Trial (SELECT), no encontró ninguna reducción en el riesgo de cáncer de próstata relacionada con el selenio o la vitamina E, pero sí una relación estadísticamente no significativa entre el riesgo de cáncer de próstata y la vitamina E.
En el presente estudio, el doctor Eric A. Klein de la Clínica Cleveland, en Estados Unidos, y sus colaboradores, han examinado los efectos a largo plazo de la vitamina E y el selenio sobre el riesgo de sufrir cáncer de próstata en hombres relativamente saludables. SELECT incluía un total de 35.533 hombres de 427 sitios de estudio en los Estados Unidos, Canadá y Puerto Rico, cuyos datos fueron registrados entre agosto de 2001 y junio de 2004 (los criterios de elegibilidad incluyeron una prueba de antígeno prostático específico, un tacto rectal no sospechoso de cáncer de próstata, y edades comprendidas entre los 50 y los 55 años).
El nuevo análisis, por otro lado, incluyó a 34.887 hombres, que fueron asignados aleatoriamente a uno de los cuatro grupos de tratamiento: 8752 tomaron selenio (200 mcg / día); 8737, vitamina E (400 IU / día); 8702, ambos agentes, y 8.696 placebo, con un seguimiento planificado de un mínimo de 7 años y un máximo de 12.
Desde el informe inicial, fueron diagnosticados 521 cánceres de próstata adicionales: 113 en el grupo placebo, 147 en el grupo de vitamina E, 143 en el grupo de selenio, y 118 en el grupo de combinación. Los investigadores observaron que la tasa de detección del cáncer de próstata fue superior en todos los grupos de tratamiento en comparación con el placebo, pero sólo fue estadísticamente significativa en el grupo de la vitamina E (un 17 por ciento de aumento en la tasa de detección de cáncer de próstata).
En comparación con el grupo placebo, donde 529 hombres desarrollaron cáncer de próstata, 620 hombres en el grupo de la vitamina E desarrollaron este cáncer, 575 en el grupo del selenio y 555 en el grupo de selenio combinado con vitamina E. La diferencia en las tasas de cáncer de próstata entre la vitamina E y el placebo se hizo evidente durante el tercer año.
Según los autores, teniendo en cuenta que más del 50 por ciento de las personas mayores de 60 años toman suplementos que contienen vitamina E, y que el 23 por ciento de ellos toma por lo menos 400 UI (a pesar de que la cantidad recomendada de ingestión dietética diaria es de tan sólo 22,4 UI) las nuevas observaciones son especialmente importantes.
Los investigadores señalan que el hecho de que el aumento del riesgo de cáncer de próstata en el grupo de la vitamina E se hiciera aparente después de años de seguimiento, sugiere que los efectos sobre la salud de estos agentes pueden continuar después de este tiempo.
Según los autores, el aumento observado del 17 por ciento en la incidencia de cáncer de próstata demuestra el potencial dañino de algunas sustancias biológicamente activas aparentemente inocuas, como las vitaminas; por ello instan a los consumidores a ser escépticos ante estos productos en ausencia de una fuerte evidencia de beneficio demostrado en ensayos clínicos.