MADRID 8 Abr. (EUROPA PRESS) -
Los ambientes desordenados, como barrios poco cuidados o lugares públicos desaseados, conducen a los estereotipos y a la discriminación social, según un estudio de la Universidad de Tilburg en Países Bajos que se publica en la revista 'Science'.
El trabajo de investigación sugiere que un ambiente desordenado puede hacer a las personas desear el orden e inspirarles para simplificar y categorizar las cosas en su mente. En consecuencia, las personas podrían ser más propensas a los estereotipos y a la discriminación frente a los otros en tales contextos de desorden.
Los científicos, dirigidos por Diederik Stapel y Siegwart Lindenberg, demostraron este efecto con dos experimentos de campo y tres estudios de laboratorio y señalan que el mensaje para los políticos es claro: evitar que los barrios queden desatendidos e invertir en su reparación y renovación, lo que podría combartir la formación de estereotipos y la discriminación social.
Durante una huelga de limpiadores en una estación de tren, mientras que la basura estaba esparcida por el suelo, los investigadores pidieron a 40 viajeros que se sentaran en algún lugar de una fila de sillas y completaran una encuesta sobre estereotipos. La primera de la fila de sillas estaba ocupada por una persona de otra raza.
Los investigadores después repitieron este ejercicio el siguien te día, después de que la estación de tren hubiera sido limpiada y descubrieron que los viajeros generalmente elegían sentarse más lejos de la persona de la primera silla cuando la estación estaba revuelta en comparación con cuando estaba limpia.
Los autores del trabajo realizaron una encuestación en la calle a 47 paseantes sobre sus estereotipos. Durante la primera ronda de entrevistas, se eliminaron los adoquines de la acera, un coche estaba aparcado sobre el bordillo y se había dejado una bicicleta en la calle.
El segundo día de entrevistas la calle estaba limpia de tal forma que parecía recogida y ordenada. Stapel y Lindenberg descubrieron que los paseantes discriminaban más a los demás y elegían realizar menos donaciones económicas a las minorías cuando se encontraban en una calle desordenada en comparación con la calle recogida.
Por último, los investigadores realizaron una serie de experimentos de laboratorio para confirmar que estos ambientes desordenados habían inspirado a las personas en la realización de una clafisicación rápida y por estereotipos de los otros. Mostraron a un grupo de voluntarios imágenes, símbolos y palabras que evocaban sensaciones de orden, desorden o neutralidad. También pidieron a los voluntarios que indicaran su necesidad individual de estructura en sus vidas y evaluaron los estereotipos de los voluntarios con la misma encuesta utilizada en los experimentos de campo.
Los autores sugieren que los ambientes desordenados pueden inspirar a las personas a realizar clasificaciones precipitadas de las cosas en su mente, que a menudo conduce a la utilización de estereotipos.