MADRID, 14 Dic. (EUROPA PRESS) -
La Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) ha concluido que en los niños que hayan sufrido reacciones alérgicas graves por alimentos o medicamentos no es necesario realizar de forma sistemática un estudio alergológico previo a la administración de la vacuna frente a la COVID-19.
Sin embargo, en su posicionamiento puntualizan que sí debería realizarse un estudio alergológico a posteriori en los niños que hayan sufrido reacciones alérgicas una vez hayan recibido la vacuna.
Los alergólogos puntualizan que la vacuna de Pfizer/BioNTech, que comenzará a administrarse en España a los niños de 5 a 11 años a partir de mañana, "no presenta más contraindicaciones en los niños alérgicos que cualquier otro niño de la población general".
"Como contraindicaciones figuran de forma absoluta solamente aquellos sujetos que han sufrido reacciones alérgicas previas a sus componentes o aquellas que hayan presentado una reacción grave con la primera dosis de vacuna frente al coronavirus. Es importante destacar que la alergia a estos excipientes es excepcional en la población infantil", explican.
Asimismo, apuntan que las reacciones alérgicas son "poco frecuentes". "Para la vacuna de Pfizer/BioNTech se han registrado 5 casos de reacciones anafilácticas por 1 millón de dosis administradas. Todos los casos de anafilaxia han sido tratados de manera eficaz y con una recuperación completa. Los signos de una reacción alérgica grave a la vacuna pueden incluir: dificultad respiratoria, urticaria o erupción cutánea, hinchazón de la cara y/o garganta, dificultad para tragar, palpitaciones y/o mareo", detallan.
Por otra parte, el Comité de Alergia Infantil de la SEAIC se alinea con las recomendaciones propuestas por el Comité Asesor de Vacunas (CAV) de la Asociación Española de Pediatría (AEP) con relación a la vacunación de los niños frente al SARS-CoV-2.
En primer lugar, contemplan el derecho del niño a su protección individual frente a esta enfermedad que, aunque en general es leve en este grupo de edad, "en ocasiones puede complicarse". Otro aspecto por el que apoyan la vacunación en este grupo es para "fortalecer la inmunidad de grupo", así como "disminuir la circulación del SARS-COV-2 y reducir la probabilidad de aparición de nuevas variantes que sean resistentes a las vacunas".
Así, instan a "no privar a la población infantil del beneficio que aporta la vacunación, del que ya gozan los mayores de 12 años, aunque los objetivos en términos de salud sean diferentes". Por último, destacan la importancia de "conseguir y mantener espacios educativos seguros que permitan la normalización de la escolarización y las relaciones interpersonales de los niños en pro de su bienestar psicoemocional".