Alemania ha propuesto que el TFA sea considerado tóxico reproductivo y Hogar sin Tóxicos reclama que se monitorice

Archivo - Contaminación, mujer con mascarilla.
Archivo - Contaminación, mujer con mascarilla. - GETTY IMAGES/ISTOCKPHOTO / TORWAIPHOTO - Archivo
Publicado: viernes, 24 mayo 2024 18:04

MADRID, 24 May. (EUROPA PRESS) -

Alemania propuso recientemente a la Agencia Europea de Productos Químicos (ECHA) que el ácido trifluoroacético (TFA) sea clasificado como tóxico reproductivo, al tiempo que las autoridades del Reino Unido consideran, por su parte, que es "una sustancia preocupante, ya que hay indicios de que podría causar toxicidad para el desarrollo".

Antes estas noticias, Hogar sin Tóxicos reclama que se monitorice la presencia de esta sustancia en el medio ambiente y solicita que España apoye ante la Comisión Europea la inclusión de los gases fluorados problemáticos dentro de la proyectada restricción de PFAS, grupo de sustancias al que pertenece el TFA.

Las hidrofluoroolefinas o HFO son unos gases fluorados de los que raramente habremos oído hablar, pero están a nuestro alrededor y pueden generar sustancias tóxicas. Hogar sin tóxicos, que colabora con la European Environmental Bureau (EEB) en la difusión de la problemática de los contaminantes químicos, ha pedido al Ministerio de Transición Ecológica que impulse la eliminación del uso de una serie de gases fluorados (como las hidrofluoroolefinas, HFO) que están generando un preocupante aumento global de las concentraciones de un contaminante tóxico y muy persistente, el ácido trifluoroacético (TFA), con el fin de prevenir los riesgos que esta sustancia pueda representar para la salud humana y la de los ecosistemas.

Como apunta el responsable de Hogar sin tóxicos, Carlos de Prada, "se trata de algo que podría afectar directamente a las aguas del grifo, ya que el TFA es de muy difícil eliminación por los sistemas de tratamiento de aguas de abastecimiento urbano". Incluso más difícil, según muestra la evidencia científica, que otros PFAS. Tal y como muestran diferentes investigaciones, los niveles de concentración de TFA están creciendo espectacularmente en todo el planeta, incluso en las regiones más remotas, originando una considerable contaminación global virtualmente irreversible.

Los científicos consideran que su presencia generalizada en el medio ambiente, su persistencia y su capacidad de desplazarse a grandes distancias, "implican una mayor probabilidad de efectos perjudiciales generalizados y duraderos" y "representan una amenaza potencial para la salud humana y ambiental".

En opinión de Carlos de Prada, "el modo de cortar este nudo gordiano de reiteradas sustituciones lamentables de unos gases fluorados por otros es recurrir al uso de gases naturales refrigerantes que ya han probado ser alternativas factibles, tal y como apuntan la Agencia Europea de Productos Químicos (ECHA) y diferentes entidades científica". Entre las alternativas se cuentan el amoniaco, hidrocarburos y dióxido de carbono.

Por otro lado, destacan que los TFA del agua pueden ser absorbidos por las plantas concentrándose en ellas en concentraciones notables, de modo que pueden ser incorporados en la cadena alimentaria. El TFA ha sido encontrado generalizadamente en los árboles centroeuropeos, con un incremento de concentración de hasta 5 veces más entre principios de la década de 1990 y 2019. Ha sido detectado también en el polvo y agua potable de hogares y en los seres humanos, en países como Estados Unidos o China.

El director de Hogar sin tóxicos insiste en que "sería irresponsable e imperdonable contemplar impasibles como crece y crece la concentración de este contaminante persistente en nuestro medio ambiente sin actuar. Porque luego puede ser imposible eliminarlo del mismo y aún no sabemos las consecuencias que puede acabar teniendo"

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