MADRID, 29 Oct. (EUROPA PRESS) -
Daniel Lloret, psicólogo e investigador en la Universidad Miguel Hernández de Alicante, ha advertido de que según se ha visto en sus investigaciones y muy en línea con los datos emitidos en 2015 desde la Dirección General de la Ordenación del Juego (DOGJ), se calcula que un 5 por ciento de los adolescentes están manifestando algún problema.
El documento del DOGJ revela que un 30 por ciento de los adolescentes ha jugado alguna vez en los últimos 12 meses, un 5 por ciento informa sobre problemas relacionados con el juego y entre 1-1,5 por ciento reporta problemas graves.
"No me refiero a adicción como tal sino a problemas económicos, de relación con amistades o con la familia, desatención hacia los estudios u otras obligaciones etc.", ha comentado con motivo del lanzamiento de un vídeo informativo por parte de la sociedad científica Socidrogalcohol y el Colegio de Médicos de Alicante (COMA), con motivo del Día Sin Juegos de Azar, que se celebra el 29 de octubre.
Este vídeo forma parte de la campaña de efemérides sanitarias que está llevando a cabo el Consejo Científico del COMA para informar y ayudar a la población a adoptar y mantener prácticas y estilos de vida saludables.
El trastorno de la conducta adictiva se caracteriza por una falta de control que acaba por tener consecuencias físicas, psicológicas y sociales. La ludopatía genera problemas económicos, de autoestima, de salud mental, problemas familiares, etc.
Así lo explica Bartolomé Pérez, médico en conductas adictivas en la Unidad de Conductas Adictivas de Alicante, que añade que reconocer el problema es complicado por el estigma social y el autoestigma de los propios pacientes: "Cuesta aceptar que no hablamos de vicios sino de enfermedades. Con el juego estamos teniendo la misma permisividad y la misma hipocresía que hemos tenido con el alcohol y el tabaco".
NECESIDAD DE PREVENCIÓN Y LEGISLACIÓN
El doctor Pérez asegura que la falta de una legislación nacional hace que haya situaciones incongruentes entre comunidades autónomas: "En la Comunidad Valenciana, por ejemplo, hay una norma muy coherente en cuanto al distanciamiento de las salas de juegos de los colegios, pero en cambio en otras comunidades, de distinto color político, la distancia es de a penas 150m. Está claro que las comunidades autónomas están legislando por ausencia del Estado. Falta una legislación nacional para la prevención del juego patológico".
Según el experto, la prevención del juego y del resto de conductas adictivas debería estar incluido dentro de la escuela. "Tenemos la sexta ley de educación de la democracia y nunca se han trabajado estos conceptos y sin embargo, si tuviéramos un trabajo de prevención universal y obligatorio desde la escuela, tendríamos una incidencia menor", ha apuntado.
Para Lloret, la prevención ha dado un impulso en los últimos años, pero estamos muy lejos de tener programas eficaces o evaluados: "Solo hay un programa en España que haya publicado sus datos de eficacia en revistas científicas, el programa 'Qué te juegas', acreditado por la Conselleria de Sanitat de la Comunitat Valenciana y a la espera de que se acredite desde el Plan Nacional sobre Drogas". Según el psicólogo, hay pocos programas del juego y falta todavía investigación.
Desde la Federación Española de Jugadores de Azar Rehabilitados, FEJAR, aseguran que "no hay más personas con adicción que antes de la pandemia, pero sí que es cierto que sí hay más personas que antes coqueteando con el juego sin que verdaderamente haya una percepción del riesgo real".
"El peligro es la normalización de las casas de apuestas como espacio de ocio, sobre todo entre los más jóvenes que las usan como lugar de reunión. Está claro que hay una carencia de alternativas de ocio", afirma con rotundidad Juan José Lamas, director Técnico de FEJAR, con motivo de la Convención Nacional de la Confederación de Alcohólicos, Adictos en Rehabilitación y Familiares de España (CAARFE), celebrada a inicios de octubre en San Juan (Alicante).
Lloret explica que ha habido una anomalía, sobre todo, durante el confinamiento. "No ha habido más juego, sino una migración hacia otras formas de juego, por ejemplo, de las apuestas deportivas se pasaron al póker. Eso si hablamos de las personas con un problema, los que no lo tenían dejaron de jugar, y los que estaban en tratamiento, mejoraron porque controlaron mejor sus abstinencias con el apoyo de la familia", ha remachado.