MADRID 10 Abr. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del 'Fox Chase Cancer Center', en Filadelfia, Estados Unidos, han descubierto que los ácidos grasos omega-3 y sus metabolitos retardan o detienen la proliferación o el crecimiento del número de células de cáncer de mama triple negativo más eficazmente que las células de tipo luminal de la enfermedad.
Los omega-3 trabajan contra todos los tipos de células cancerosas, pero el efecto se observó que es más fuerte en líneas celulares de triple negativo, con una reducción de la proliferación del 90 por ciento, según los resultados del estudio, presentados este martes en la reunión anual de la Asociación Americana para la Investigación contra el Cáncer (AACR, en sus siglas en inglés).
Los ácidos grasos omega-3 se encuentran en los pescados grasos como las sardinas y el salmón, además de en los aceites derivados de plantas como el cáñamo y el lino. Estudios previos sugieren que estos compuestos pueden afectar negativamente a los mecanismos críticos en las células cancerosas, es decir, los responsables de la proliferación y la apoptosis, o muerte celular programada.
El autor principal del estudio, Thomas J. Pogash, técnico científico en el laboratorio de José Russo en el 'Fox Chase Cancer Center', dice que el nuevo trabajo pone de relieve el importante papel de los compuestos comunes que se encuentran en los alimentos pueden desempeñar en mantener el cáncer a raya.
"La dieta puede jugar un papel crucial en la prevención del cáncer de mama", dice Pogash. "Cuando se compara la dieta occidental a la dieta mediterránea, que tiene más omega-3, se ve menos cáncer en la segunda porque en ella se come mucho más pescado", resalta.
El cáncer de mama es un grupo heterogéneo de cánceres que comprende enfermedades que difieren en el nivel molecular, por lo que los pacientes con diferentes tipos de cáncer de mama responden de manera distinta a los tratamientos.
Generalmente, se reconocen cuatro categorías distintas de la enfermedad: dos de ellas, B luminal y A luminal, crecen en las células luminales de los conductos de leche en el pecho y tienen receptores para estrógenos y progesterona (el ronóstico suele ser mejor para los pacientes con luminal A que con B). Una tercera categoría incluye a los tumores que resultan positivos para el receptor HER2.
Los tumores en la cuarta categoría, triple negativo, receptores de la falta de progesterona, estrógeno, y una proteína llamada HER2/neu. Como resultado, este tipo de enfermedad es insensible a tratamientos como el trastuzumab, que altera el receptor HER2, y el tamoxifeno, que se dirige al receptor de estrógeno.
Russo señala que no existen terapias dirigidas actualmente disponibles para los pacientes diagnosticados con cáncer de mama triple negativo, ya que la quimioterapia de combinación es el tratamiento estándar para la enfermedad en estadio temprano. "Este tipo de cáncer, que se encuentra con más frecuencia en las mujeres latinas y afroamericanas, es muy agresivo y tiene una baja tasa de supervivencia. No hay ningún tratamiento específico para él", dice Russo.
Cuando una célula cancerosa digiere omega-3, el ácido graso se descompone en moléculas más pequeñas llamadas metabolitos. Russo, Pogash, y sus colegas estudiaron el efecto de grandes moléculas matrices de ácidos grasos omega-3, así como sus derivados metabólicos más pequeños, en tres líneas de células luminales y siete líneas que incluían basal de células de tipo triple negativo.
El omega-3 y sus metabolitos inhibían la proliferación en todas las líneas celulares, pero el efecto fue dramáticamente más pronunciado en las triple negativas. Además, los metabolitos de ácidos grasos omega-3 redujeron la motilidad o la capacidad de moverse, entre un 20 y un 60 por ciento en las líneas celulares triple negativas basales.