MADRID, 13 Nov. (EUROPA PRESS) -
La Fundación Española del Corazón (FEC) ha alertado de que el 30 por ciento de los enfermos cardiovasculares sufre diabetes, siendo el factor de riesgo con "peor pronóstico". Además, y con motivo de la celebración del Día Mundial de la Diabetes, este jueves, la organización ha recordado que en España el número de diabéticos está aumentando de manera "exponencial".
De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado que actualmente hay más de 347 millones de personas con diabetes y, según la Sociedad Europea de Cardiología (ESC, por sus siglas en inglés) y la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes (EASD, por sus siglas en inglés), se estima que en 2030 habrá 552 millones de diabéticos en el mundo, aunque sólo la mitad de ellos serán conscientes de su enfermedad.
"El crecimiento de la población diabética se está produciendo de manera exponencial, un hecho que está relacionado con el cambio de los hábitos de vida y el tipo de alimentación", ha comentado el presidente de la sección de Riesgo Vascular y Rehabilitación Cardiaca de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), Enrique Galve.
Y es que, según han insistido los expertos, las personas con diabetes presentan un riesgo de padecer complicaciones cardiovasculares al menos entre 2 y 4 veces superior en comparación con las personas no diabéticas de similar edad, siendo más marcado este impacto en el caso de las mujeres. Además, tienen más riesgo de morir por enfermedad cardiovascular ya que más de la mitad de los diabéticos muere por causas cardiovasculares.
Del mismo modo, la diabetes también va asociada a otros factores de riesgo cardiovascular como son la obesidad, la hipertensión arterial o la dislipemia. Es por ello que la diabetes, cada vez más, se considera una enfermedad cardiovascular.
En este sentido, Galve ha señalado que para controlar "la diabetes y prevenir la enfermedad cardiovascular es necesario tratar los niveles de glucosa y actuar sobre los factores de riesgo, como la hipertensión o el colesterol elevado, y sobre los hábitos de vida del paciente.
Dicho esto, el experto ha reconocido que los tratamientos indicados para reducir el nivel de azúcar en sangre "no son tan efectivos" como los tratamientos indicados para tratar otros factores de riesgo cardiovascular, como la hipercolesterolemia o la hipertensión arterial, por ejemplo.
"Se evitan los fármacos muy agresivos que pueden provocar bajadas de azúcar drásticas (hipoglicemia), extremadamente nocivas para la salud del paciente, algunos de los cuales no se ha demostrado que realmente logren disminuir la mortalidad. Es, por ello, que se usan tratamientos hipoglicémicos menos intensos", ha comentado.
Finalmente, el experto ha comentado que el paciente diabético desarrolla un tipo de enfermedad cardiovascular "más difusa" que no afecta a segmentos arteriales concretos, donde existiría "mayor facilidad para actuar", sino que, por el contrario, la enfermedad cardiovascular suele aparecer en todo el recorrido de la arteria, lo que dificulta la actuación intervencionista y el tratamiento global de la enfermedad. Por este motivo, el pronóstico de un enfermo cardiovascular con diabetes es peor.