¿Qué es el Shinrin-yoku o baño de bosque?

Bosque
FLICKR/ DEREK GAVEY
Actualizado: domingo, 5 noviembre 2017 7:22

   MADRID, 5 Nov. (EUROPA PRESS) -

   Sumergirse en la naturaleza beneficia a la salud mental y física, concretamente disminuye el estrés y la ansiedad, mejora del estado de ánimo y reduce la presión arterial, lo que ha llevado en los últimos años a practicar como terapia los baños de bosque o Shinrin-yoku, una iniciativa cuyos beneficios recoge un informe elaborado por el Observatorio de Salud y Medio Ambiente del Instituto DKV de la Vida Saludable, en colaboración con el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal)

   Dicho informe, que pretende concienciar a la población sobre la importancia que el medio ambiente tiene para la salud y el bienestar de las personas, así como impulsar los baños de bosque como terapia preventiva en España, publica evidencias acreditadas sobre los beneficios saludables de los espacios naturales y, más especialmente, de los ecosistemas forestales, de acuerdo con los principales estudios científicos y artículos de revisión elaborados hasta la fecha.

   No obstante, según explica Marta Pahissa, responsable de Desarrollo y Gestión de Proyectos de Medio Ambiente de DKV Seguros y coautora de la publicación, se tratan desde la prudencia. "Es evidente que gran parte de los efectos que tienen los entornos naturales en nuestra salud todavía se tienen que puntualizar, pero no hay duda que los resultados obtenidos hasta el momento nos permiten posicionar el contacto con la naturaleza como una práctica terapéutica y preventiva tanto para enfermedades psíquicas como físicas", explica.

   En el mismo sentido, Josep Santacreu, consejero delegado de DKV, recuerda que, "si bien existe una amplia concienciación institucional y social sobre los efectos negativos que la contaminación y los daños en la naturaleza pueden tener en nuestra salud y calidad de vida, las bondades terapéuticas de los espacios naturales en las personas no son tan conocidos por la población".

   Entre las instituciones que han analizado los efectos saludables de estrechar los vínculos con el aire libre está la Organización Mundial de la Salud (OMS), que recuerda que la naturaleza juega un papel fundamental en la promoción de la salud, ya que mejora la calidad de vida percibida, rebaja la morbilidad, disminuye la mortalidad, reduce el sobrepeso y la obesidad, y ayuda a mantener la salud cardiovascular entre otros beneficios.

   De hecho, desde principios de la década de los 80, se fomentan los baños de bosque o 'Shinrin-yoku', una práctica iniciada en Japón inspirada en las tradiciones budistas y sintoístas y desarrollada inicialmente por el Ministerio japonés de Agricultura, Silvicultura y Pesca.

   Esta iniciativa, que ha sido adoptada en países nórdicos que se ha extendido desde Corea del Sur a Australia, pasando por Estados Unidos, Canadá, Alemania, el Reino Unido, Francia o España -donde las primeras menciones datan de 2007-, consiste en prescribir como terapia preventiva o curativa las bondades de los espacios naturales.

   Esta terapia consiste en visitar las florestas y conectar con el entorno empleando todos los sentidos. Así, las sesiones de 'Shinrin-yoku' proponen un paseo entre los árboles, sentándose, estirándose, observando sus diversos elementos naturales y disfrutando de sus silencios y sonidos, para aprovechar los resultados beneficiosos que los espacios verdes tienen para la salud física y mental de las personas.

   Más allá de observar la naturaleza como una terapia, y de los beneficios que reporta en la salud el contacto con la naturaleza, el informe pretende mostrar la necesidad de cuidar la naturaleza, así como todos los beneficios sociales, poblaciones, económicos o alimentarios produce un medio ambiente cuidado; llamar la atención sobre la falta de contacto con la naturaleza actual; y la Proteger y gestionar adecuadamente los espacios naturales.

¿CUÁLES SON SUS BENEFICIOS?

    El informe destaca que los resultados positivos de la exposición a los ecosistemas forestales son, principalmente, relajar la actividad involuntaria e inconsciente de la mayoría de los órganos; reducir los requerimientos de oxígeno por parte del córtex cerebral; y rebaja la frecuencia cardíaca y la tensión arterial, entre otras funciones del sistema cardiovascular.

   Además, disminuye las hormonas del estrés, así como la adiponectina o los niveles de glucosa, las cuales tienen una relación directa con patologías como la obesidad o la diabetes tipo 2; fortalece el sistema inmunitario; mejora el estado de ánimo positivo, la vitalidad y el bienestar psicológico; y rebaja la tensión psicológica, el estrés, la ansiedad, el insomnio, la depresión, la ira o la fatiga, entre otros aspectos relacionados con la salud emocional.

   Según señala en el informe el doctor en Medicina de la Universidad de Chiba (Japón), uno de los principales expertos mundiales en baños de bosque, Yoshifumi Miyazaki, "cuando pasamos tiempo en los bosques, inconscientemente experimentamos relajación a través de los cinco sentidos".

   Preguntado sobre por qué sienta bien estar en contacto con un bosque y, en general, con un entorno natural, Miyazaki, recuerda que "han pasado siete millones de años desde que los humanos evolucionaron hasta su forma actual. Los hombres y mujeres que viven en los tiempos modernos han pasado más del 99,99% de su historia evolutiva en entornos naturales. Por lo tanto, los cuerpos humanos se han adaptado a la naturaleza. El bosque es un ejemplo de un entorno natural".

   El estudio recuerda que los 'Shirin-yoku' son una actividad terapéutica recomendable para perfiles muy variados y con un amplio abanico de posibilidades para disfrutarlos, tanto por cuenta propia como en compañía de un guía especializado. Y, aunque aún no existe un protocolo consensuado sobre qué actividades deberían realizarse exactamente durante un baño de bosque para obtener el máximo efecto terapéutico, en el estudio se contemplan diez acciones que pueden ayudar a sentir el bosque.

   Entre otras recomendaciones, aconsejan sacudir el polvo del camino, es decir hacer algunas respiraciones, darnos algunos golpecitos en el pecho, o cualquier método que nos evite evasiones mentales; observar lo que hay alrededor mirar lo que está en movimiento y, por otro lado, centrar la atención en las pequeñas cosas; y, antes de dejar el bosque, presta atención al tiempo que dedicaste a ti y al bosque.