Una proteína implicada en una enfermedad muscular rara, también clave en el VIH

Transportina 3
CARLOS III
Actualizado: martes, 1 diciembre 2015 13:23

   MADRID, 30 Nov. (EUROPA PRESS) -

   Cuatro grupos de investigación españoles han formado una alianza para estudiar el papel que juega en las infecciones por VIH la proteína transportina 3, implicada también en el desarrollo de una enfermedad muscular rara que se conoce como LGMD1F, que afecta a un centenar de personas en España.

   En el proyecto participan investigadores del Hospital La Fe de Valencia, el Vall d'Hebrón de Barcelona, la Universidad de Valencia y el Instituto de Salud Carlos III, y ha sido posible gracias a la colaboración de la asociación de pacientes Conquistando Escalones, que estima que podría haber otro centenar de afectados sin diagnosticar. Además, todos se concentran en la Comunidad Valenciana y Murcia.

    La descripción de que el gen de la transportina 3 (TNPO3), una importina implicada en el transporte de factores al núcleo celular y en la infección por el virus del sida, es la causa de la miopatía de cinturas tipo LGMD1F ha abierto esta línea de investigación multidisciplinar que, mediante el estudio de los mecanismos moleculares por los que la TNPO3 provoca esta enfermedad, persigue abrir líneas terapéuticas que permitan tanto el tratamiento de la miopatía LGMD1F como desarrollar una nueva clase de antiretrovirales.

   La TNPO3 es una proteína esencial en la infección por el VIH, por lo que las células de los pacientes con el defecto genético en esta proteína que origina una enfermedad muscular severa (LGMD1F) presentan una alta resistencia a la infección por el VIH.

   Los grupos de Juan Jesús Vilchez, jefe del Servicio de Neurología de La Fe, y Ramon Martí, del Laboratorio de patología neuromuscular y mitocondrial del Vall d'Hebron Institut de Recerca (VHIR), demostraron que esta enfermedad es debida a una minidelección en el gen de la TNPO3 que genera una proteína anómala con una extensión de 15 aminoácidos. El mecanismo fisiopatológico por el que este defecto origina la miopatía es desconocido.

   Y en el laboratorio de la Unidad de Inmunopatología del Sida del Carlos III, su responsable José Alcamí ha demostrado no sólo la resistencia a la infección en linfocitos de pacientes con LGMD1F sino que la proteína mutante se asocia a la variante normal y bloquea su función, lo que agrava el impacto del defecto que se produce en una sola copia del gen.

   "Se trata de una ocasión única", ha señalado este experto, ya que es el segundo defecto genético descrito --el primero es la delección delta32 en el receptor CCR5 del VIH-- que bloquea la infección por el VIH.

   "Por una parte las células de estos pacientes nos permiten estudiar y comprender un paso esencial en el ciclo infectivo del VIH todavía mal conocido, y por otra, podemos utilizar el VIH como una herramienta que nos permite comprender el mecanismo molecular implicado en la miopatía de cinturas de tipo LGMD1F", ha explicado Alcamí.