Los excesos de la Navidad pueden perjudicar a las personas mayores que padecen hipertensión o diabetes

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Actualizado: jueves, 18 diciembre 2014 13:30

MADRID, 18 Dic. (EUROPA PRESS) -

Gran parte de la población mayor de 65 años está diagnosticada de alguna enfermedad relacionada con la alimentación, como hipertensión, diabetes, o estreñimiento, por ello, la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) ha elaborado recomendaciones para un correcto hábito alimentario en esta franja de edad, haciendo hincapié en un especial cuidado estas fechas Navideñas.

La SEGG ha destacado que existen otros problemas que influyen en su alimentación y nutrición, como la falta, en mayor o menor medida, de piezas dentarias o de prótesis dentales mal ajustadas, que trae consigo problemas de masticación; la atrofia en las papilas gustativas, que alteran el sentido del gusto; retraso en el vaciado de su estómago produciendo digestiones más lentas y gases; disminución de la superficie de absorción del intestino delgado; y tránsito intestinal más lento en el intestino grueso, lo que propicia el riesgo de padecer estreñimiento.

En este escenario, la organización recomienda llevar una alimentación variada, apetecible y muy nutritiva, así como fraccionar la ingesta en cuatro o más comidas cada día (desayuno, media mañana, comida, merienda y cena).

Por otro lado, sugiere que se preparen y cocinen los alimentos adaptados a las condiciones de masticación de la persona mayor; hidratarse durante todo el día, aunque no se tenga sed; tomar ocho vasos cada día que pueden ser agua, infusiones, zumos naturales, caldo desgrasados o de verduras; y por último, intentar realizar las comidas con cierta regularidad de horarios.

¿QUÉ CUIDADOS DEBEN TENER LOS MAYORES EN FIESTAS?

Aprovechando la llegada de las celebraciones navideñas, que siempre traen consigo excesos en la alimentación, el Grupo de Trabajo de Nutrición y Alimentación de la SEGG aconseja moderar el consumo de sal y azúcar en los platos y postres; no consumir más de uno o dos vasos de vino; incluir propuestas gastronómicas novedosas y adecuadas a estas fiestas, pero adaptando las texturas de los platos a las dificultades más habituales para tragar; respetar los deseos y que se puedan escoger los alimentos que más apetezcan; y escapar de la soledad y, siempre que sea posible, comer en compañía.