Diseñan un programa de ejercicio físico para mejorar el nivel de azúcar en diabéticos


SEVILLA, 14 Nov. (EUROPA PRESS) -

Investigadores del Departamento de Educación Física y Deportes de la Universidad de Sevilla (US) han desarrollado un programa específico de entrenamiento destinado a mejorar el estado de salud de personas afectadas por diabetes tipo 2. Esta patología, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se caracteriza por un alto nivel de glucosa en la sangre y afectará a más de 500 millones de personas en todo el mundo el próximo año 2030.

En concreto, según ha indicado en una nota la Fundación Descubre, los investigadores se han basado en diferentes ejercicios realizados sobre una máquina vibratoria que conllevaron una mejora de aquellos factores relacionados con esta enfermedad como el nivel de azúcar o colesterol en sangre, el riesgo cardiovascular o la disminución de la capacidad física de las personas que la padecen --agilidad, función cardiovascular--.

En el artículo 'Whole-Body Vibration Based Intervention to improve Type 2 Diabetes among sedentary individuals', publicado en la revista internacional 'Maturitas', el equipo de expertos ha demostrado cómo, en personas mayores, un programa de actividad física de corta duración (12 semanas) basado en ejercicios vibratorios disminuye hasta un 15 por ciento tanto la cantidad de glucosa en sangre como el colesterol.

"La vibración moviliza el torrente sanguíneo y esto favorece el desarrollo de las capacidades físicas de los pacientes y contribuye al metabolismo del azúcar y la grasa. Además, comprobamos como el riesgo de enfermedad cardiovascular también disminuye un 13 por ciento", ha explicado el investigador Borja Del Pozo-Cruz.

El programa, desarrollado durante tres sesiones semanales --hasta completar 36-- de 20 minutos cada una y ocho tipos de ejercicios dinámicos sobre una plataforma vibratoria, se inició en el Centro de Atención Primaria Los Bermejales (Sevilla) con el objetivo de conseguir el número de personas necesarios para la investigación.

"La incorporación de pacientes se realizó atendiendo a una serie de criterios, principalmente relacionados con razones de seguridad a la hora de aplicar esta terapia; en segundo lugar, desarrollamos una primera evaluación exhaustiva de los participantes y acordamos con ellos en qué franja horaria debían asistir a los entrenamientos que tendrían lugar en el centro de salud", explica del Pozo-Cruz.

Ha añadido que "finalizadas las 12 semanas conseguimos que un grupo de pacientes sedentarios se adhirieran a un programa de entrenamiento continuado, con los beneficios que esto conllevó en el curso de su enfermedad y en la mejora de su calidad de vida".

Este programa de entrenamiento se aplicó en un entorno de Atención Primaria y contribuyó en la mejora del autocontrol y manejo de la enfermedad de aquellas personas que participaron en el estudio. "Pensamos que este modelo tiene aplicabilidad en todos aquellos centros de salud que cuiden a pacientes que presentan características o síntomas similares a los tratados en este estudio. En la actualidad son muchas las personas mayores que padecen esta enfermedad crónica y tanto ellos como el propio sistema sanitario podrían beneficiarse de este tipo de sistemas de intervención", sostiene Del Pozo-Cruz.