Dieta y ejercicio mejora el control del asma

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Actualizado: miércoles, 13 septiembre 2017 6:06

   MADRID, 13 Sep. (EUROPA PRESS) -

   Las personas no obesas con asma podrían reducir sus síntomas y mejorar su calidad de vida a través de la dieta y el ejercicio, según concluye una investigación presentada en el Congreso Internacional de la Sociedad Europea Respiratoria 2017, que se celebra en Milán (Italia).

   El asma es una afección común y a largo plazo que afecta a alrededor de una de cada diez personas en el mundo occidental. La mayoría de los pacientes dependen de la medicación diaria para controlar los síntomas y muchos desconfían del ejercicio, temiendo que podría inducir síntomas.

   Presentada por la doctora Louise Lindhardt Toennesen, del Hospital Universitario de Bispebjerg, en Copenhague, Dinamarca, la nueva investigación sugiere que realizar ejercicio, combinado con una dieta saludable, podría ayudar a los pacientes asmáticos a conseguir un mejor control de los síntomas como sibilancias, dolor en el pecho y falta de aire.

   "Cada vez hay más pruebas de que los pacientes con asma que son obesos pueden beneficiarse de una mejor dieta y el aumento del ejercicio. Queríamos ver si los pacientes no obesos con asma, también podrían beneficiarse de este régimen", señala esta investigadora.

   Toennesen y su equipo trabajaron con un grupo de 149 pacientes que fueron asignados aleatoriamente a uno de cuatro grupos. A un grupo se le pidió que siguiera una dieta que fuera alta en proteínas y con un índice glucémico bajo (IG bajo), es decir, una que mantiene los niveles adecuados de azúcar en la sangre. También se les pidió que comieran al menos seis porciones de frutas y verduras al día.

   Otro grupo participó en clases de ejercicio tres veces por semana en el hospital, que incluyeron ráfagas de actividad de alta intensidad diseñadas para elevar el ritmo cardiaco, entremezcladas con una actividad más suave. El tercer grupo tomó parte en las clases de ejercicio y siguió la dieta, mientras que el grupo de control restante no hizo nada. Un total de 125 personas permanecieron en el estudio durante las ocho semanas completas.

   Los investigadores preguntaron a los pacientes acerca de sus síntomas y sobre su calidad de vida, además de probar su condición física, y la fuerza y salida de aire de sus pulmones. Encontraron que el entrenamiento de alta intensidad era seguro para los pacientes y aunque no hallaron una mejora definitiva en la función pulmonar de los pacientes, detectaron que la combinación de dieta y ejercicio mejoraba tanto el control de los síntomas como la calidad de vida de los pacientes, así como su nivel de estado físico.

MEJORA LA VIDA DE LOS PACIENTES

   De media, los que participaron en el programa de ejercicio y siguieron la dieta calificaron su puntuación de síntomas de asma un 50 por ciento mejor en comparación con el grupo control. Los pacientes que sólo siguieron el programa de ejercicio o el programa de dieta en promedio clasificaron su puntuación de síntomas de asma un 30 por ciento mejor en comparación con el grupo de control, pero este resultado no alcanzó significación estadística.

   Toennesen explica: "Las personas con asma a veces consideran la práctica de ejercicio exigente y esto puede conducir a un deterioro general en su estado físico. Nuestro estudio sugiere que los pacientes de asma no obesos pueden participar con seguridad en ejercicio de alta intensidad bien planificado. También muestra que el ejercicio combinado con una dieta saludable puede ayudar a los pacientes a controlar sus síntomas de asma y disfrutar de una mejor calidad de vida", según ha explicado Toennesen.

   Estos hallazgos, ha añadido, son importantes ya que se sabe que no todos los pacientes tienen un buen control sobre sus síntomas y, en consecuencia, pueden tener una calidad de vida más baja. "También sabemos que muchos pacientes están interesados en saber si pueden mejorar su control del asma con ejercicio y una dieta saludable. Nuestra investigación sugiere que se debe animar a las personas con asma a comer una dieta saludable y participar en la actividad física", aconseja.

   Toennesen y sus colegas seguirán investigando los efectos de la dieta y el ejercicio en el asma a largo plazo. Estos expertos esperan descubrir qué dieta y qué actividades tienen el mayor impacto, para averiguar si algunos pacientes pueden beneficiarse más que otros, y, en última instancia, si los cambios de estilo de vida pueden reemplazar a la medicina de prevención del asma.