La depresión y el trastorno bipolar ¿factores de riesgo cardiovascular en adolescentes?

Actualizado: miércoles, 12 agosto 2015 6:58

   NUEVA YORK, 12 Ago. (Reuters/EP) -

   Los adolescentes que sufren depresión o trastorno bipolar tienen más riesgo de desarrollar precozmente una enfermedad cardiovascular e incluso de necesitar someterse a alguna intervención para prevenirla, según una declaración de la Asociación Americana del Corazón (AHA, en sus siglas en inglés).

   "Esperamos que esta declaración resulte impactante", ha defendido Benjamin I. Goldstein, del Sunnybrook Health Sciences Center de Toronto, que presidió el comité que ha elaborado este informe que publica la revista 'Circulation'.

    Según han recordado, la depresión mayor afecta a casi el 9 por ciento de los adolescentes en Estados Unidos mientras que el trastorno bipolar, el cuarto trastorno mental más discapacitante, afecta a un 2,6 por ciento de los jóvenes.

   El Instituto Nacional de Salud Mental explica en su página web que las personas con depresión mayor tienen síntomas graves que interfieren con su capacidad para trabajar, dormir, estudiar, comer y disfrutar de la vida. Y en el trastorno bipolar, que es menos común, la gente tiene cambios de humor que derivan en manías y cuadros depresivos.

   Sin embargo, en esta declaración científica los cardiólogos aseguran que ambos factores pueden asociarse también a un aumento significativo de factores de riesgo cardiovasculares como obesidad, hipertensión arterial y colesterol elevado.

   Entre las causas de este mayor riesgo estarían precisamente los problemas del sueño, la falta de actividad física o el tabaquismo, frecuentes en los jóvenes que sufren ambos trastornos mentales.

   Asimismo, aseguran, también podría asociarse a algunos de los tratamientos antidepresivos y reguladores del estado de ánimo que toman estos jóvenes, ya que en algunos casos pueden provocar aumento de peso y otros cambios metabólicos que aumenten el riesgo de enfermedad coronaria.

   Por todo ello, los cardiólogos de la AHA consideran que hay datos suficientes como para considerar a estos adolescentes como un grupo de riesgo de desarrollar una enfermedad cardiovascular de forma precoz, por lo que se deben incrementar los esfuerzos para controlar su peso, su presión arterial y sus niveles de colesterol.