La delgada línea entre el 'bullying' y el 'ciberbullying'

Ciberacoso
PIXABAY/JEDIDJA
Actualizado: viernes, 8 enero 2016 12:04

   MADRID, 8 Ene. (EUROPA PRESS) -

   Ser víctima de acoso escolar en el colegio o instituto aumenta las probabilidades de sufrir ataques a través de internet o telefonía móvil, que consisten en agresiones verbales o visuales, exclusión social o suplantación de identidad, lo que se conoce como ciberacoso ('cyberbullying'), según un estudio realizado por los investigadores de Psicología de la Universidad de Oviedo.

   Los datos revelan que sufrir acoso en el aula incrementa las posibilidades de padecerlo también a través de la red, sobre todo, para el acoso más severo. Los investigadores explican que frecuentemente la víctima y el agresor acuden al mismo centro, por lo que los dos tipos de acoso forman parte del mismo fenómeno.

   Los principales resultados revelan que la edad, las prácticas de riesgo en internet, el uso de redes sociales y programas de mensajería instantánea ('Whatsapp', 'Line', 'Telegram'), y la frecuencia de utilización de la red, son factores de riesgo estadísticamente significativos para la cibervictimización, tanto ocasional como severo. Además, tener movil propio, jugar 'on line' con otras personas y utilizar internet durante más de tres horas diarias también aumentan las posibilidades de 'cyberbullying'.

   El objetivo del estudio era analizar la capacidad predictiva de distintos factores a la hora de sufrir cibervictimización, bien ocasional o bien severa, en adolescentes. Los investigadores llegaron a los resultados tras aplicar el Cuestionario de Cibervictimización y el Cuestionario de Factores de Riesgo para la Cibervictimización a una muestra de 3.180 estudiantes de Educación Secundaria Obligatoria de entre 11 y 19 años, de dieciséis centros de Asturias.

   El trabajo, que ha sido publicado en la revista 'International Journal of Clinical and Health Psychology', y financiado por la Consejería de Economía y Empleo del Principado de Asturias, recoge el análisis de variables sociodemográficas (sexo y edad), psicológicas (autoestima, timidez, ansiedad), educativas (acoso escolar en el aula, formación y apoyo en el centro, rendimiento escolar), familiares (control parental) y tecnológicas (frecuencia de uso de internet y conductas de riesgo).

EL CONTROL PARENTAL NO PROTEGE

   Contrariamente a los esperado, según las hipótesis planteadas por los investigadores, el control parental no muestra una asociación estadísticamente significativa con el grado de cibervictimación. El estudio revela que el control que ejercen los padres sobre el uso de internet de sus hijos es ineficaz, puesto que los adolescentes pueden acceder a él a través de otros dispositivos y terminales móviles fuera de casa, que escapan a la supervisión. Además, un excesivo rigor parental puede ser síntoma de falta de confianza y comunicación entre padres e hijos.

   Otra hipótesis no confirmada es que las actuaciones de formación y apoyo en el centro educativo se perciben como efectivas en las situaciones de cibervictimización más graves, pero el estudio ha revelado que no lo son. Esto revela que cualquiera puede ser víctima de comentarios ofensivos o fotografías retocadas, a pesar de la formación recibida. En cuanto al rendimiento académico, tanto el haber suspendido alguna asignatura como el repetir curso aumentan la probabilidad de cibervictimización severa, según los resultados.

PREVENCIÓN, DETECCIÓN Y TRATAMIENTO

   Entre un 20 y un 50 por ciento de los adolescentes son víctimas de agresiones ocasionales a través de medios electrónicos, y entre un 2 y un 7 por ciento sufren acoso severo, que puede llegar a dañar su salud mental y generar trastornos depresivos e incluso tendencias suicidas, según habían revelado investigaciones previas.

   Para reducir estas cifras los autores del trabajo, según los resultados obtenidos, han afirmado que la prevención, detección y tratamiento del ciberacoso debería tener en cuenta aspectos como la educación en valores y la enseñanza de habilidades sociales.

   Ofrecer formación digital a niños y adolescentes para formarlos en las ventajas y riesgos potenciales de los dispositivos electrónicos es otra de las soluciones a este problema.