Cáncer, diabetes, epilepsia, esclerosis, VIH, lupus o artritis, enfermedades que suelen provocar depresión

Ansiedad, depresión, hombre
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Actualizado: viernes, 7 abril 2017 11:25

MADRID, 7 Abr. (EUROPA PRESS) -

Cáncer, enfermedad coronaria, diabetes, epilepsia, esclerosis múltiple, derrame cerebral, Alzheimer, VIH, Parkinson, lupus eritematoso sistémico o artritis reumatoide son algunas de las enfermedades crónicas que originan depresión a los afectados, tal y como ha informado la Plataforma de Organizaciones de Pacientes con motivo de la celebración del Día Mundial de la Salud.

De hecho, la asociación entre las enfermedades crónicas y el riesgo de depresión ha sido ya descrita por el National Institute of Mental Health, perteneciente a la red del Departamento de Salud de Estados Unidos. En concreto, este organismo asegura que es frecuente sentirse triste o desalentado después de un infarto o un diagnóstico de cáncer o, también, si está en tratamiento para una afección crónica, como el dolor.

"El paciente puede estar afrontando nuevas limitaciones en lo que puede hacer, y se sienta ansioso por los resultados del tratamiento y lo que le espera en el futuro". "Tal vez sea difícil adaptarse a una nueva realidad y hacer frente a los cambios y el tratamiento continuo que acompañan el diagnóstico. Tal vez le haga más difícil realizar sus actividades preferidas", explica el NIMH.

En concreto, los síntomas de depresión pueden presentarse después de un diagnóstico clínico reciente, pero desaparecen en la medida en que la persona se adapta o en que se trata la enfermedad.

No obstante, el NIMH advierte de que las personas con depresión y otras enfermedades tienden a tener síntomas más graves de ambas patologías. "Por ejemplo, las personas con depresión tienen un mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, diabetes, derrames cerebrales y la enfermedad de Alzheimer", comenta.

Ante todo ello, la Plataforma de Organizaciones de Pacientes ha destacado la importancia que tiene detectar precozmente la depresión en las personas con una enfermedad crónica o síntomas cronificados para poder tratarla, porque esto puede marcar una "diferencia" en la vida diaria si la persona afronta una enfermedad crónica o a largo plazo.

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