Los antidepresivos no son tan efectivos cuando se es jefe

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Actualizado: jueves, 22 septiembre 2016 7:24

   MADRID, 22 Sep. (EUROPA PRESS) -

   Un estudio internacional ha descubierto que tener un puesto de trabajo de alto estatus supone ser menos propensos a responder al tratamiento estándar con medicamentos para la depresión. Estos resultados, que pueden tener implicaciones para los médicos y sus pacientes, los empleadores y las políticas públicas, se presentaron en el Congreso del Colegio Europeo de Neuropsicofarmacología (ECNP, por sus siglas en inglés), que se celebra en Viena, Austria.

   Hasta un tercio de los pacientes que reciben tratamiento farmacológico para la depresión no responden al tratamiento. Saber qué grupos no responden podría ayudar a los médicos a entender qué tratamientos son los adecuados para cada persona y, en el caso de los trabajadores, también puede permitir a los empleadores tomar medidas para aliviar las condiciones de estrés.

   Aunque hay una gran cantidad de investigaciones que muestran que el estatus social y económico bajo se vincula con un mayor riesgo de depresión, ha habido poco trabajo centrado en determinar cómo los niveles ocupacionales responden al tratamiento.

   Un grupo de investigadores de Bélgica, Italia, Israel y Austria reclutó a 654 adultos con trabajo que asistían a las clínicas para la depresión y clasificaron su trabajo según el nivel ocupacional. Un total de 336 (el 51,4 por ciento) poseían puestos de trabajo de alto nivel profesional, 161 (24,6 por ciento) de nivel medio y 157 (24 por ciento) de bajo nivel. Alrededor de dos tercios de los pacientes eran mujeres (65,6 por ciento), lo que refleja la diferencia de género en la depresión normal, destacan los autores.

   La mayoría de los pacientes fueron tratados con inhibidores de la recaptación de serotonina, aunque también emplearon otros agentes farmacéuticos, así como psicoterapia. Al analizar los resultados después del tratamiento, los investigadores vieron que el 55,9 por ciento en el grupo ocupacional más elevados eran resistentes al tratamiento, mientras, sólo el 40,2 por ciento de los trabajadores de nivel medio se mantuvo resistente al tratamiento y el 44,3 por ciento de los trabajadores de bajo nivel.

PUEDE HABER DISTINTAS VARIABLES IMPLICADAS

   Esta diferencia también se refleja en el grado de remisión, con sólo uno de cada seis en remisión en el grupo de nivel superior, en comparación con uno de cada cuatro de los otros grupos. "A pesar de que estos hallazgos se deben considerar de manera preliminar, indican que los niveles de ocupación altos pueden ser un factor de riesgo para la mala respuesta al tratamiento", dice el profesor Siegfried Kasper, de Viena, Austria.

   Y añade: "Una serie de variables pueden explicar estos hallazgos. Por ejemplo, puede ser específico de ambientes de entornos laborales exigentes y estresantes; las personas pueden tener dificultades para aceptar o hacer frente a la enfermedad, o para continuar con la medicación; o puede haber otros factores asociados, por ejemplo, cognitivos, de personalidad y diferencias de comportamiento".

   Su compañero de investigación, el profesor Joseph Zohar, de Tel-Hashomer, Israel, apunta: "Esto demuestra que la necesidad de una prescripción precisa no sólo está relacionada con los síntomas y la genética, sino también a nivel ocupacional. Uno puede tener que recetar medicamentos diferentes para el mismo trastorno y tener en cuenta el nivel de ocupación con el fin de alcanzar un efecto óptimo".

   "Los resultados de este estudio podrían sonar contradictorios, pero las personas con puestos de trabajo altamente exigentes están sujetos a mucho estrés, y cuando sufren depresión puede ser particularmente difícil hacer frente a su vida anterior. Una explicación alternativa es que los pacientes de trabajo de alto estatus pueden ser más propensos a solicitar tratamientos psicosociales sin el respaldo de la farmacoterapia. El tratamiento ideal de la depresión es, en general, la combinación de farmacoterapia y psicoterapia", concluye el profesor Eduard Vieta, miembro del Comité Ejecutivo del ECNP y presidente del Departamento de Psiquiatría y Psicología del Hospital Clínico de la Universidad de Barcelona.