La altura eleva la presión arterial

Dos excursionistas miran hacia el Everest
Foto: GOPAL CHITRAKAR/REUTERS
Actualizado: miércoles, 27 agosto 2014 17:17

MADRID, 27 Ago. (EUROPA PRESS) -

   Una expedición al Monte Everest realizada por investigadores italianos ha demostrado por primera vez que la presión arterial controlada durante un periodo de 24 horas se eleva progresivamente a medida que la gente asciende a altitudes más altas.

   Los científicos también encontraron que mientras que un fármaco utilizado para reducir la presión arterial, llamado 'Telmisartán', era eficaz para contrarrestar los efectos de la altura hasta 3.400 metros, pero no lo fue a 5.400 metros sobre el nivel del mar, la altura del campo base del Everest.

   Las conclusiones del estudio, que se publican en la edición digital de este miércoles de 'European Heart Journal', tienen implicaciones no sólo para las personas que viven, trabajan o realizan actividades recreativas como el esquí y el senderismo a gran altura, sino también para los individuos en menor altitudes que pueden estar temporalmente privados de un suministro adecuado de oxígeno, una condición conocida como hipoxia. La hipoxia puede llevar al mal de altura a gran altura pero también se observa a nivel del mar en las personas que sufren de apnea del sueño cuando su respiración se interrumpe temporalmente por el bloqueo de una vía aérea.

   Para este estudio, 13 de los 15 autores del artículo se unieron a una expedición de 47 voluntarios en el campamento base al sur del Monte Everest, a una altitud de 5.400 metros. Volaron desde Milán, Italia, que está a una altitud de 120 metros sobre el nivel del mar, hasta Katmandú, en Nepal, a unos 1.355 metros, donde permanecieron durante tres días, y, posteriormente, se dirigieron a Namche Bazar (3.400 metros), donde permanecieron durante tres días antes de pasar los próximos cinco días de escalada hasta el campamento base del Everest, donde pasaron 12 días.

   Durante la expedición, se tomó la presión arterial de los voluntarios en el modo convencional durante un periodo de cinco minutos por la mañana, pero también lleavron un dispositivo que controla su presión arterial cada 15-20 minutos durante un periodo de 24 horas, una lectura ambulatoria de la presión arterial, que ofrece medidas mucho más precisas de la verdadera presión arterial de una persona y puede controlar la presión arterial nocturna, que normalmente es entre un 10 y un 20 por ciento menor que la diaria y que es un mejor predictor de los resultados de otras mediciones de la presión arterial.

   Los participantes fueron asignados al azar para recibir 80 mg del fármaco reductor de la presión arterial 'Telmisartán' o placebo. El medicamento es conocido como un "bloqueador de los receptores de angiotensina" (ARB), ya que bloquea los efectos de un péptido llamado angiotensina II, que hace que los vasos sanguíneos se estrechen.

   Los investigadores, que recogieron también muestras de sangre, encontraron que la exposición a 5.400 metros de altura provocó un aumento de 14 mmHg en la presión arterial sistólica ambulatoria y 10 mmHg en la presión arterial diastólica ambulatoria como promedio durante un periodo de 24 horas. También vieron que 'Telmisartán' redujo significativamente la presión arterial a nivel del mar y a una altura de 3.400 metros, mientras que no se detectaron efectos beneficiosos después de llegar a 5.400 metros.

   "Nuestro estudio proporciona la primera demostración de que la exposición sistemática a altitudes cada vez más elevadas se asocia con un aumento progresivo y marcado de la presión arterial ambulatoria", explica Gianfranco Parati, profesor de Medicina Cardiovascular de la Universad Biocca de Milán y director del Laboratorio de Investigación de Cardiología en el 'Istituto Italiano Auxologico', también en Milán.

   "El incremento se produjo inmediatamente después de llegar a gran altitud, persistió durante una exposición prolongada de altitud, fue visto en todo el periodo de 24 horas, pero fue especialmente pronunciado en la noche, cuando se produjo una reducción en la caída del tiempo nocturno y desapareció tras regresar al nivel del mar. Después de alcanzar el campamento base del Everest, el efecto de la elevada altura fue mayor en la presión arterial sistólica en personas de 50 años o más en comparación con los más jóvenes", resalta el también director del estudio.

   A su juicio, este aumento de la presión arterial se debe a varios factores, siendo los más importantes los efectos de la privación de oxígeno en el aumento de la actividad del sistema nervioso simpático del cuerpo, que lleva al corazón a trabajar más duro y a los vasos sanguíneos periféricos a constreñirse.

   "Nuestro trabajo también proporciona la primera demostración de la eficacia a gran altura de uno de los fármacos más comunes utilizados para tratar la presión arterial alta. La capacidad de 'Telmisartán' en el bloqueo de la angiotensina II se conserva durante la exposición aguda a altitudes moderadamente altas de hasta 3.400 metros, pero se deteriora cuando las personas se mueven a grandes alturas de 5.400 metros", añade.

   A nivel práctico, entiende que esto implica que para las personas que ya están siendo tratadas con bloqueadores de los receptores de la angiotensina II, como 'Telmisartán', el tratamiento se mantendrá efectivo en altitudes alcanzadas por excursionistas, escaladores, esquiadores y trabajadores, pero no funcionará a gran altura, donde su presión sanguínea probablemente no se podrá controlar fácilmente.

   Así, estos hallazgos permitirán tomar las medidas apropiadas para advertir a los pacientes cardiovasculares de la necesidad de tener cautela cada vez que vayan a estar expuestos a grandes alturas por ocio o trabajo. Además, este estudio pone de relieve la importancia de la monitorización ambulatoria de la presión arterial en comparación con las mediciones de la presión arterial convencionales para caracterizar los niveles de presión arterial en la vida real de las personas; algo particularmente importante cuando se trata fr los efectos de la hipoxia, que pueden ser mucho menos evidented en reposo que durante las actividades de la vida diaria.

   La expedición al Everest, que tuvo lugar en 2008, es parte de una serie de expediciones a grandes altitudes, como los Alpes y los Andes, que realizarán los investigadores como parte de los proyectos HIGHCARE ('HIGH altitude CArdiovascular Research'). En uno de sus estudios en los Alpes, los investigadores se están centrando en cómo el sistema cardiovascular y la presión arterial de los trabajadores involucrados en la construcción del nuevo teleférico Mont Blanc desde el lado italiano se adaptan a la altitud.