El 90% de las personas mayores de 45 años sufre presbicia

Vista cansada. Consulta oftalmológica. Visión. Presbicia. Miopía.
Foto: PHOTOGRAPHER: ANGEL CARBONELL
Actualizado: miércoles, 22 abril 2015 15:26

MADRID, 22 Abr. (EUROPA PRESS) -

   El 90 por ciento de las personas mayores de 45 años sufre presbicia, un proceso degenerativo natural que, entre otros aspectos, provoca dificultades a la hora de leer y, por ende, hace que la afición por la lectura comience a decrecer, según ha recordado el especialista en córnea y cirugía refractiva del Instituto de Microcirugía Ocular (IMO) de Barcelona, Daniel Elies, con motivo de la celebración, este jueves, del Día del Libro.

   "Es habitual que personas que superan los 40 años comenten su decreciente afición por la lectura, sin identificar que lo que en realidad les ocurre es que empiezan a acusar la presbicia o vista cansada. Esta provoca que algo que hasta entonces hacían de forma natural e inconsciente suponga un sobreesfuerzo para el cristalino, que empieza a perder su capacidad de acomodación o de enfoque", ha comentado.

   Según el oftalmólogo, si bien hay gente que identifica ese desinterés más o menos repentino por la lectura con esta dificultad para enfocar de cerca, muchos no son conscientes en primera instancia de que la presbicia ha empezado a afectarles. Y es que, tal y como ha informado, lo primero que notan las personas con presbicia es que las letras "bailan" y se vuelven "borrosas", que cada vez necesitan alejar más el libro o el dispositivo móvil de lectura para ver bien el texto y que, tras fijar la vista durante mucho tiempo, sufren dolor de cabeza.

   Lo más habitual es que la presbicia empiece a aparecer entre los 40 y 45 años, en plena edad laboral. En ocasiones, ha comentado Elies, se trata de un proceso "intermitente", ya que hay personas que notan ciertas dificultades para enfocar durante algunos días, semanas o meses y luego parecen recuperar dicha capacidad para volver a empeorar después.

   Esto ocurre porque la presbicia evoluciona, de alguna manera, como una pila que se va gastando y funciona de intermitentemente y con menos definición. "El caso más gráfico es el de la pila de la cámara de fotos, que, cuando se está gastando, aunque permite seguir tomando fotografías, va empeorando el enfoque. Con el cristalino, nuestra lente y 'zoom' natural, ocurre lo mismo", ha afirmado.

   Una vez localizado el problema, la mayoría de personas con presbicia de entre 40 y 50 años pueden seguir haciendo vida normal con corrección óptica para la visión cercana. No obstante, la dependencia de las gafas es un 'hándicap' creciente en la sociedad actual, en la que cada vez son más quienes no quieren depender de gafas para sus tareas cotidianas.

TRATAMIENTOS PARA ABORDAR QUIRÚRGICAMENTE LA PRESBICIA

   En este sentido, el experto ha recordado que los "constantes" avances ofrecen alternativas cada vez "más efectivas" para abordar la presbicia de forma quirúrgica, incluso antes de la edad especialmente indicada para ello, a partir de los 50 o 55 años. Así, si se plantea una intervención anterior a esa edad, generalmente se apuesta por técnicas reversibles, teniendo en cuenta que la presbicia es un proceso en constante evolución.

   "Es el caso de las lentes intracorneales sin corrección óptica, que solo inciden en la curvatura de la córnea para modificar la profundidad de foco y que, de esta forma, logran combatir la dificultad de enfoque en la visión cercana típica de la vista cansada", ha apostillado el coordinador del departamento de Córnea y Cirugía Refractiva de IMO, José Luis Güell.

   Implantadas de forma pionera por el Instituto en 2012, la principal ventaja de estas lentes transparentes y de apenas 2 milímetros de diámetro es su facilidad de colocación y también de extracción, sin trauma para el paciente, en caso que el proceso de presbicia así lo aconseje.

   Ahora bien, el tratamiento más habitual para corregir la presbicia es el implante de lentes intraoculares. En un pequeño porcentaje de casos, si esta presbicia se asocia con algún otro problema refractivo, como hipermetropía elevada o miopía, esta opción puede estar indicada en la década de los 40, pero, por lo general, se practica a partir de los 50 o 55 años, cuando el proceso de la presbicia ya se ha completado o cuando la capacidad de enfoque del cristalino ya es muy residual, por lo que extraerlo para sustituirlo por una lente intraocular ya es una buena alternativa.

   La implantación de una lente intraocular pseudofáquica (sustitutiva del cristalino), mediante la misma cirugía que se practica en pacientes con catarata, es actualmente la opción quirúrgica más extendida para combatir la presbicia, aunque admite opciones diversas, como por ejemplo, el tipo de lente que se implanta. Esta puede ser bifocal, para enfocar de cerca y de lejos en función de hacia dónde se dirija la vista, o bien multifocal o acomodativa, que suple la función de acomodación del cristalino, permitiendo cambiar el enfoque en la visión lejana y cercana.

   No obstante, la multifocalidad requiere un tiempo de adaptación por parte del paciente, algo que no siempre se acaba consiguiendo. De hecho, los expertos han aseverado que especialmente para este tipo de pacientes existe la opción de la monovisión, que consiste en implantar una lente para visión cercana en un ojo y otra para visión lejana en el otro. La monovisión también puede ser una opción para personas miopes de baja graduación y con presbicia que desean eliminar su necesidad de gafas, aunque, en estos pacientes, la presbicia, combinada con miopía, no suele ser tan limitante.

   "En la monovisión el ojo emétrope (sin defectos de refracción y visualmente dominante) es el que se usa para la visión de lejos, dejando el ojo miope para ver de cerca. En general, la adaptación a esta situación, en individuos predispuestos y en condiciones adecuadas, suele ser excelente, requiriendo corrección óptica tan solo en algunas situaciones especiales, como conducir de noche o leer letras muy pequeñas", ha zanjado Güell.