MADRID, 14 Jun. (INFOSALUS) -
La llegada de la vejez aporta experiencia, sabiduría y templanza para sobrellevar los imprevistos que puedan surgir. Pero junto a ello, hay personas mayores que también suelen verse envueltas en una vulnerabilidad fruto de unos sentimientos encontrados o del miedo a verse abandonado que les hace más susceptibles al maltrato.
"Es un campo abonado por la vulnerabilidad de estar en el tramo final de la vida", ha reconocido Fanny Díaz Ramírez, miembro de Saluspot y psicóloga en Centro Bulari, que reconoce que esta mayor vulnerabilidad varía en función de su estado de salud, sus necesidades físicas o afectivas, o su red social y familiar.
Por ejemplo, ha explicado esta experta con motivo del Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez que se celebra este lunes 15 de junio, "el anciano puede sentirse atrapado si depende de otra persona y tiene miedo de pedir ayuda, o incluso si ha sido amenazado".
Este daño, tanto a nivel físico como psicológico, puede menoscabar su sensación de seguridad en la realización de diversas tareas, provocándole sensación de vulnerabilidad y pensamientos de inutilidad, incapacidad e incluso desesperanza.
"Esto conlleva falta de energía y reducción en el disfrute, carencia de interés, miedos, falta de atención e incluso fallos de memoria, pensamientos negativos, tristeza, estrés, depresión y ansiedad", ha explicado.
Esta experta reconoce que tanto el personal sanitario, los vecinos, los familiares o cualquier conocido pueden darse cuenta de los cambios de peso, de aspecto, de ánimo y de comportamiento de la persona, o comprobar si presenta marcas físicas.
"Si detectamos que un mayor está siendo maltratado, lo importante es preservar la seguridad de quien los sufre y realizar una intervención conjunta con la familia y los servicios sociales y sanitarios", según Díaz.
En cuanto a las terapias, existen muchos tipos pero todas coinciden en "restablecer la confianza de la persona afectada". Así, practicar 'mindfulness' puede ser muy beneficioso, especialmente en este rango de edad.
Otras formas pueden ser la atención en la respiración y en el presente, evitando los juicios, trabajando la "bondad amorosa" y el movimiento consciente, reduciría tanto el machaque mental como el estrés. Investigaciones recientes lo indican además para mejorar la memoria y prevenir demencias.
