La natación y el buceo, dos deportes que pueden dañar los dientes

Los nadadores y buceadores pueden sufrir problemas bucodentales
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Actualizado: miércoles, 12 agosto 2015 11:12

   MADRID, 12 Ago. (INFOSALUS) -

   La natación y el buceo, dos deportes típicos del verano, pueden terminar dañando los dientes si no se toman las precauciones adecuadas, ya que el cloro de las piscinas o la mala colocación de las boquillas del regulador de aire pueden perjudicar la salud bucodental, tal y como ha señalado el odontólogo de Iván Malagón Clinic, Iván Malagón.

   Los nadadores suelen tener una mayor acumulación de sarro o placa dental, debido a que las proteínas salivales se descomponen rápidamente al entrar en contacto con el pH del agua de la piscina y forman depósitos orgánicos en los dientes, dando lugar a sarro marrón.

   Por otro lado, al realizar buceo, una mala colocación de la boquilla del regulador de aire puede producir dolor en la mandíbula. También es frecuente la barodontalgia o 'síndrome de la boca del buzo', causado por el cambio de presión de aire y que afecta más a las personas que tienen grandes caries, empastes o encías inflamadas o infectadas.

   Al hacer deporte también se puede sufrir deshidratación, un problema que puede afectar a los dientes. Cuando no se consume suficiente agua, la boca se seca, segrega menos saliva, por lo que aumentan las probabilidades de sufrir una infección o inflamación. Frente a las bebidas azucaradas o altamente carbonatadas, que pueden dañar a los dientes, se debe optar por consumir abundante cantidad de agua, ya que ayuda a diluir y eliminar los azúcares, mantiene constante el pH de la boca y aporta el calcio y el fosfato necesarios para remineralizar el esmalte.

CONSUMIR HUEVOS Y LÁCTEOS PROTEGE A LOS DIENTES

   El calcio ayuda a proteger la dentadura de la hipersensibilidad dental, por lo que es recomendable consumir alimentos como lácteos, huevos, pescado, pollo y carnes de vaca. Por otro lado, la naranja y el pomelo aportan vitamina C y A y flúor, lo que ayuda a limpiar y fortalecer los dientes. Alimentos como la zanahoria, el plátano o las espinacas también aportan gran cantidad de flúor, que fortalece las piezas dentales y el esmalte.

   Durante el verano también es fácil relajar los hábitos, aunque se deben mantener unas correctas medidas higiénicas para que los dientes no sufran daños importantes. La falta de cepillado aumenta el riesgo de sufrir caries, enfermedad de las encías e incluso puede provocar la pérdida de algún diente. Según Malagón, es especialmente importante cepillar los dientes antes de dormir, ya que, por la noche, los ácidos que dañan las piezas dentales se forman más fácilmente al segregarse menos saliva y proliferan más bacterias al mantener la boca cerrada. Si no se dispone de un cepillo cerca, se debe enjuagar la boca varias veces con agua después de cada comida.

CUIDADO CON LA HIPERSENSIBILIDAD Y CARIES

   Al consumir algo muy frío o muy caliente, los dientes pueden presentar más sensibilidad de lo normal y producir dolor. Una forma de evitarlo es alternar los alimentos de temperaturas diferentes y evitar los cambios bruscos, de forma que la boca se pueda aclimatar.

   Los helados también pueden ser culpables de la proliferación de caries. Pero no solo la alimentación puede dañar los dientes, sino que compartir comida con los hijos o con otras personas puede producir caries, ya que es una enfermedad contagiosa que se transmite a través de la saliva, especialmente entre las madres y los bebés con menos de dos años.