Test VPH, la mejor prueba en el cribado del cáncer de cuello de útero, según ocho sociedades científicas

AGUSTIN IGLESIAS
Foto: AGUSTIN IGLESIAS
Actualizado: viernes, 20 marzo 2015 13:36

MADRID, 28 Nov. (EUROPA PRESS) -

   La implantación de programas de cribado poblacional para la prevención secundaria del cáncer de cuello de útero (CCU), -tumor a causa del cual fallecen unas 850 mujeres-, así como la utilización preferente de la determinación del virus del papiloma humano (VPH) como prueba única de cribado en mujeres entre los 30 y 65 años, "puede reducir de forma eficaz y eficiente" la incidencia y mortalidad por dicha enfermedad, cuestión que ha sido destacada dentro de la Guía de Cribado del Cáncer de Cuello de Útero en España 2014, presentada este jueves y elaborada por miembros ocho organizaciones científicas españolas.

   Según Juan J. Hernández, presidente del Comité Organizador del Congreso de la Asociación Española de Patología Cervical y Colposcopia (AEPCC) -encuentro en el que se ha presentado el manual-, "la causa necesaria del cáncer de cuello de útero y de sus lesiones precursoras es la infección por el VPH".

   Por ello, advierte, uno de los objetivos primordiales de esta reunión es "poner sobre la mesa soluciones y nuevas estrategias con las que detectar lesiones premalignas y, por tanto, prevenir el desarrollo de un cáncer invasor, o bien diagnosticar neoplasias en estadio inicial cuyo tratamiento implica menor morbimortalidad y mejor supervivencia".

   Por su parte, el coordinador del documento y representante de la AEPCC, Aureli Torné, considera que "para detectar las lesiones precursoras de esta neoplasia es necesario optimizar la realización de pruebas de cribado en mujeres asintomáticas".

ENTRE LOS 25 Y LOS 65 AÑOS HAY QUE SOMETERSE A CRIBADOS POBLACIONALES

   En esta línea, la guía recomienda que las mujeres que han iniciado su actividad sexual y con edad comprendida entre 25 y 65 años "deberían someterse a programas de cribado poblacional". Aunque la citología cervical exclusiva en el cribado continúa vigente, siempre que se cumplan los controles de calidad preceptivos, la transición a cribado basado en la prueba de VPH en mujeres mayores de 30 años "debería ser alcanzable en un plazo de 3-5 años para todos los ámbitos del cribado primario de cáncer de cuello uterino", matiza Torné.

   El documento aconseja, asimismo, en el caso de mujeres de riesgo elevado, un programa de cribado específico "siguiendo las recomendaciones de las Guías Europeas de Control de Calidad y de las sociedades científicas implicadas"; realizar programas de seguimiento específico para mujeres con riesgo elevado de padecer cáncer de cuello uterino o recoger la información en relación con la práctica de estas pruebas a fin de poder evaluar si sigue los criterios establecidos, explica el especialista.

   Por otro lado, el manual pretende que en el país se implanten programas de cribado organizados. La tasa de participación en las pruebas de cribado es un "parámetro clave para conseguir una relación coste-efectividad aceptable", sobre todo porque las mujeres no participantes o las que participan con menor frecuencia "suelen ser las que están en mayor riesgo de desarrollar un cáncer de cuello útero".

   En este sentido, el coordinador de la guía concluye que la participación de estas mujeres que no acceden al cribado "es mucho más coste-efectivo que incrementar la frecuencia de las citologías o el intervalo de edades".