Desarrollan un método de terapia genética para atacar las células renales dañadas

Método de terapia génica para atacar células renales dañadas
YOICHIRO IKEDA / WASHINGTON UNIVERSITY
Actualizado: martes, 10 julio 2018 5:12

   MADRID, 10 Jul. (EUROPA PRESS) -

   La terapia génica ha cobrado impulso el año pasado, después de que el gobierno federal aprobara los primeros tratamientos de este tipo para las enfermedades de la retina heredadas y la leucemia difícil de tratar. Ahora, una investigación dirigida por la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis, en Estados Unidos, ha demostrado, en ratones, que puede administrarse material genético a las células dañadas en los riñones, un paso clave hacia el desarrollo de la terapia génica para tratar la enfermedad renal crónica.

   La afección potencialmente mortal afecta a 30 millones de estadounidenses, la mayoría de los cuales no se dan cuenta de que tiene una enfermedad renal crónica. No existe cura, y los tratamientos actuales para la enfermedad en etapa terminal se limitan principalmente a la diálisis y el trasplante de riñón. Sin embargo, los científicos dicen que la terapia genética podría proporcionar una forma de liberar genes que ralenticen o reviertan el daño celular que conduce a la enfermedad renal crónica.

   "La enfermedad renal crónica es un problema enorme y creciente", dice el autor principal Benjamin D. Humphreys, director de la División de Nefrología de la Universidad de Washington. "Desafortunadamente, a lo largo de los años, no hemos desarrollado medicamentos más efectivos para la enfermedad, y esta realidad nos está llevando a explorar la terapia genética", añade este experto, cuyo trabajo se detalla en un artículo publicado este jueves en 'Journal of the American Society of Nephrology'.

   La diabetes, la hipertensión y otros trastornos causan enfermedad renal crónica, que ocurre cuando los riñones dañados no pueden filtrar eficazmente los desechos y el exceso de líquidos del cuerpo. Debido a que los síntomas como náuseas, vómitos, alteraciones del sueño y miembros inflamados son comunes e inespecíficos a la enfermedad, la mayoría de las personas no se dan cuenta de que padecen una enfermedad renal crónica hasta que se produce un daño orgánico irreparable.

   La enfermedad renal crónica avanzada también conduce a patologías cardiovasculares, y los pacientes con insuficiencia renal tienen tasas mucho más altas de muerte por causas cardiovasculares que aquellos con riñones sanos. "Parte del motivo por el que se han realizado tan pocos avances en el tratamiento de la enfermedad renal es porque el riñón es complejo y no comprendemos completamente el proceso de la enfermedad --cuenta Humphreys, profesor de Enfermedades Renales en Medicina--. Sin embargo, los científicos están progresando y soy optimista".

EMPLEO DE VIRUS ADENO-ASOCIADO

   Con ese fin, Humphreys y su equipo, incluidos investigadores de la Universidad de Harvard y el Instituto Tecnológico de Massachusetts, en Estados unidos, se centraron en si el virus adeno-asociado (AAV), un pariente del virus que causa el resfriado común, podría suministrar material genético a las células renales diana. Hasta ahora, ningún virus de este tipo ha sido capaz de suministrar material genético al riñón, y la nueva investigación proporciona una prueba de concepto para este enfoque.

   Los científicos evaluaron seis virus de AAV, tanto naturales como sintéticos, en ratones y en organoides de riñón humano derivados de células madre. Un virus sintético, Anc80, creado por uno de los investigadores, demostró ser exitoso al alcanzar dos tipos de células que contribuyen a la enfermedad renal crónica; estas células secretan proteínas que apelmazan el órgano y causan daño irreversible. Los autores también mostraron que el material genético transportado por Anc80 se transfirió con éxito a las células del riñón objetivo. Ese mismo virus también se utiliza en estrategias de terapia génica para tratar a los ratones con cicatrices renales.

   "Fue una sorpresa feliz --recuerda Humphreys--. No esperábamos esto". Sin embargo, Humphreys advierte que los investigadores todavía están en las primeras etapas del proceso. En futuras investigaciones, los científicos se enfrentarán a varios desafíos, como la necesidad de identificar un gen que pueda corregir de forma extensa las células renales dañadas, explica. Otro problema consiste en refinar los límites de la administración de genes para evitar la entrega del virus sintético a otros órganos.

   "Lo interesante de los virus adenoasociados es que persisten en el cuerpo durante muchos meses, lo que posiblemente da al gen terapéutico la oportunidad de hacer su trabajo --añade Humphreys--. La enfermedad renal crónica es una patología lentamente progresiva, por lo que es una ventaja. Después de muchos años de investigación, podríamos imaginar que los pacientes necesitarían inyecciones quizás dos veces al año en lugar de cada semana, como con la quimioterapia. Ha habido muy poca innovación en el tratamiento de los riñones. Creemos que este es un paso adelante positivo".