Consejos para sobrellevar la alergia al polen

Alergia al polen
Foto: FLICKR/TINA FRANKLIN
Actualizado: miércoles, 29 abril 2015 14:14

MADRID, 20 Abr. (EUROPA PRESS) -

   Los días de mayor concentración de polen mejor reducir la actividad al aire libre, ya que "la medida más eficaz para evitar los síntomas de la alergia es evitar el contacto con el alérgeno", recuerda la doctora Aurora Garre, asesora médica de Laboratorios Cinfa.

   En caso de tener que salir a la calle lo mejor es evitarla entre las cinco y las diez de la mañana y las siete y diez de la noche, que son los que acumulan una mayor concentración de polen. Además, en los días de mayor concentración de polen y, sobre todo, durante los días de fuerte viento, permanecer el máximo tiempo posible dentro de casa te ayudará a sobrellevar mejor la alergia.

CONSEJOS PARA EVITAR LA ALERGIA

   En casa la recomendación es mantener las ventanas cerradas, tanto cuando se está en casa como durante los desplazamientos en coche. Además, recomienda colocar filtros antipolen en los aparatos de aire acondicionado, tanto en casa como en el coche, y recuerda cambiarlos con frecuencia.

   Si se sale a la calle, lo mejor es usar gafas de sol para que el polen no entre en los ojos; además hay que evitar tender la ropa en el exterior. También hay que tener en cuenta que los granos de polen pueden quedarse adheridos a las prendas, por lo que una buena medida es ducharte y cambiarte de ropa al llegar a casa.

   Es recomendable no realizar actividades que puedan remover partículas de polen como cortar el césped o barrer la terraza. En caso de que padecer alergia al polen de gramíneas, tampoco es recomendable que te tumbes sobre el césped. Además, si hay que evita cultivar plantas que polinicen por el aire, y si se va a pasar a la noche al aire libre, es recomendable que no hacerlo cerca de fuentes de pólenes alergénicos, como árboles o plantas.

   Finalmente, la experta recomienda que, en caso de tomar medicamentos específicos para las alergias como antihistamínicos, es importante ingerir siempre los recetados por el médico, de forma regular y en la dosis recomendada por el especialista; además nunca deben mezclarse con alcohol.

   "Los procesos crónicos propios de la alergia pueden llegar a mermar la calidad de vida de los pacientes, tanto a nivel físico como psíquico, por lo que quienes sufren esta dolencia deben acostumbrase a adoptar una serie de sencillos hábitos como llevar las gafas de sol o mantener las ventanillas del coche cerradas, sobre todo en primavera", advierte Garre.

LOS ALÉRGICOS CONTINÚA AUMENTANDO

  La prevalencia de las enfermedades alérgicas ha aumentado de una manera significativa en los últimos cuarenta años. "De hecho, la alergia ha pasado de ser considerada una enfermedad poco diagnosticada o rara en los años 20 a una patología muy común en la actualidad", asegura la experta.

   La alergia es una reacción fisiológica desmesurada frente a sustancias que en la mayoría de las personas resultan inofensivas, pero que el organismo de los alérgicos considera un agente invasor. Para defenderse, "el organismo libera sustancias como la histamina, que producen los síntomas propios de esta dolencia: estornudos, secreción nasal acuosa, picor de nariz, lagrimeo o enrojecimiento de los ojos", explica.

   Además del polen, las plantas y árboles que más problemas alérgicos producen son las gramíneas, el olivo, el ciprés, la salsola, el plátano de sombra y la parietaria, y también pueden causar alergia los ácaros, el pelo y la caspa de los animales, algunos alimentos (la leche de vaca, el huevo, los mariscos, los frutos secos, etc), fármacos como la penicilina, el contacto con el níquel o el látex y el veneno de insectos como la abeja o la avispa, entre otras sustancias.

   La experta destaca que, pese a que el polen abunda en las zonas rurales, "es en las ciudades donde más se ha incrementado el número personas alérgicas, por la mezcla de pólenes y polución".

   La contaminación de las ciudades es uno de los principales elementos que ha provocado este aumento, y también influyen los antecedentes genéticos, ya que "un niño con padres alérgicos probablemente desarrolle algún tipo de sensibilización, aunque no tiene por qué ser al mismo alérgeno que afecta a sus progenitores. Sin embargo, también hay que saber que la persona que no nace alérgica puede llegar a hacerse alérgica en función de distintos factores", aclara.

   Entre ellos, destacan la exposición continuada o repetida a determinados alérgenos, los alimentos procesados o cambios en la dieta, las infecciones durante los primeros años de vida, e incluso el estrés o el tabaquismo.