Combinar tranquilizantes con alcohol intoxican el cerebro

Beber, efectos del alcohol
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Actualizado: jueves, 31 enero 2013 15:10

MADRID, 31 Ene. (EUROPA PRESS) -

Tras conocerse los datos de la última Encuesta sobre Alcohol y Drogas en España 2011-2012 realizada por el Plan Nacional Sobre Drogas, que refleja que aunque ha habido un descenso en el consumo de alcohol, tabaco y otras sustancias ilegales se ha producido un aumento en el uso de hipnosedantes --especialmente entre las mujeres--, la sociedad científica Socidrogalcohol ha alertado de que utilizar los tranquilizantes junto con el alcohol puede intoxicar el cerebro.

"La mayoría de personas que toman estos tranquilizantes toman, además, bebidas alcohólicas, por lo que la suma del efecto de ambas sustancias produce un mayor impacto de intoxicación sobre el cerebro. Por tanto, estas personas tienen un mayor riesgo de accidentes, caídas, lesiones, conflictos con los demás, alteraciones del comportamiento y sobredosis", ha comentado el miembro de la junta de Socidrogalcohol, Josep Guardia Serecigni.

Y es que, los "atracones" de bebida son un patrón de consumo de riesgo de alcohol que consiste en ingerir una gran cantidad de alcohol en poco rato --5 o más consumiciones para un hombre, 4 o más para una mujer, en 2 horas--. Una manera de beber que, según ha señalado Guardia Serecigni, produce una elevada concentración de alcohol en todo el organismo y, por tanto, en el cerebro.

De hecho, según ha recordado, tanto las bebidas alcohólicas como los tranquilizantes producen un efecto "inmediato de enlentecimiento" del cerebro y, por tanto, interfieren en su buen funcionamiento. Por ello, ha recomendado a aquellos que toman este tipo de medicamentos que no consuman alcohol, al tiempo que ha insistido en que la combinación de estos dos factores puede producir una parada cardiaca o respiratoria.

"Algunas personas que sufren ansiedad o insomnio pueden recurrir a beber alcohol o a tomar medicamentos tranquilizantes o para dormir. Sin embargo, unas horas después de haber bebido o de haber tomado un tranquilizante suele producirse un efecto de rebote de los síntomas de ansiedad o de insomnio, es decir que reaparece el mismo síntoma pero con una mayor intensidad que antes, lo cual le puede introducir en una espiral de agravamiento progresivo de su trastorno de ansiedad o del sueño", ha avisado el experto.