Identifican las mutaciones en el 79,7% de los pacientes con Síndrome de Usher

Equipo_de_Neurosensoriales_del_IIS_La_Fe
GVA
Actualizado: viernes, 27 febrero 2015 16:02

VALENCIA, 27 Feb. (EUROPA PRESS) -

El grupo acreditado de Enfermedades Neurosensoriales del Instituto de Investigación Sanitaria La Fe (IIS La Fe) ha identificado el 79,7 por ciento de las mutaciones en pacientes con el Síndrome de Usher mediante un panel de secuenciación masiva, que incluye los diez genes causantes de la enfermedad, así como de dos genes asociados y otros dos candidatos.

Se trata de un análisis "mucho más económico y rápido" que los sistemas llevados a cabo hasta ahora para el diagnóstico molecular de esta enfermedad, que es la principal causa de sordoceguera congénita, según ha informado la Generalitat en un comunicado.

Los resultados han sido ya publicados en la revista científica 'Orphanet Journal of Rare Diseases' y permitirán mejorar el diagnóstico de estos pacientes, según ha destacado José María Millán, investigador principal de este proyecto.

El síndrome de Usher es una de las más de 5.000 enfermedades raras existentes cuya principal causa es la sordoceguera. Este sábado se celebra el Día Mundial de las Enfermedades Raras que representan, actualmente, una prevalencia inferior a 5 de cada 10.000 habitantes. Según la Organización Mundial de la Salud, existen cerca de 7.000 enfermedades raras que afectan al 7 por ciento de la población mundial, con tres millones de afectados en España.

Se trata de una enfermedad autosómica recesiva, clínica y genéticamente heterogénea. Los afectados nacen con sordera o hipoacusia, y gradualmente pierden visión al final de su infancia o en la adolescencia. Su sintomatología se asocia a hipoacusia neurosensorial, retinosis pigmentaria (RP) y, en algunas ocasiones, disfunción vestibular.

Se trata de una discapacidad "singular" ya que supone la combinación de un déficit grave de visión y otro de audición, por lo que los afectados "no pueden compensar la pérdida de un sentido con un mayor desarrollo de otro sentido, tal y como hacen las personas ciegas o los sordos", ha indicado el Consell.

Hasta la fecha, se han identificado 10 genes responsables de esta enfermedad, pero el diagnóstico molecular, basado en la secuenciación Sanger, hace que el proceso sea largo y costoso. Por ello, los investigadores desarrollaron una plataforma de secuenciación masiva (NGS) para el análisis simultáneo de todos los genes USH, genes asociados y candidatos a la enfermedad.

ANÁLISIS A 44 PACIENTES

Durante la investigación se creó un panel de genes con el objetivo de capturar todos los exones de los 10 genes causantes del USH (MYO7A, USH1C, CDH23, PCDH15, USH1G, CIB2, USH2A, GPR98, DFNB31, CLRN1), 2 genes asociados (PDZD7 y HARS) y dos genes candidatos (VEZT y MYO15A). Se analizaron a 44 pacientes diagnosticados de Síndrome de Usher, que fueron divididos en dos grupos: uno control, formado por ocho pacientes con al menos una mutación identificada previamente, y un grupo de estudio, formado por 32 pacientes sin diagnóstico genético previo.

Los investigadores fueron capaces de identificar el 79,7 por ciento de los alelos mutados. En este sentido, la utilización de la plataforma de secuenciación masiva ha permitido "detectar en un simple experimento tanto mutaciones puntuales como grandes reordenamientos, minimizando el coste y tiempo", según ha destacado el doctor Millás, quien ha resaltado que además supone "incrementar el ratio de detección de la causa genética de la enfermedad y mejorar el diagnóstico molecular de los pacientes".

La incidencia en España del Síndrome de Usher se estima en 4,2 por cada 100.000 niños nacidos vivos. El síndrome de Usher fue descrito por primera vez en 1888 como un estado de sordera bilateral acompañado de una pérdida de visión progresiva, producida por una retinosis pigmentaria, pero se le denominó con el nombre del oftalmólogo británico que en una publicación en 1914 describió varios casos en los que se recalcaba el nexo entre sordera congénita y la retinosis pigmentaria.

Este síndrome se transmite genéticamente mediante un gen autosómico recesivo, es decir, para se produzca es necesario que tanto el padre como la madre sean portadores del gen responsable.